LA FARZA DE LA GARANTIA CONSTITUCIONAL
Al estar en mi clase de Derecho Civil un compañero toco a la puerta y pidió al maestro informar a los compañeros de una asamblea de estudiantes que se realizaría con el motivo de buscar la seguridad en el plantel, al irse, el maestro repitió en voz alta: “… ¿seguridad? Caray, ni seguridad tenemos de que lo que está diciendo el maestro sea cierto…”.
Tan cierto como real es que en el hombre lo único seguro es la inseguridad; el hombre en consecuencia ha intentado abatir esta tormenta que emana desde lo profundo, definiendo y conceptualizando a través del tiempo; el Derecho es la demostración de ello (al menos del intento), sin embargo el Derecho tampoco lo ha logrado, tampoco ha logrado regir la vida en sociedad de forma armónica.
En el Derecho se habla de un principio, el de Seguridad Jurídica, aquel principio que debe reinar en cualquier sistema jurídico, ya que es el que garantiza el orden jurídico, es un aviso de que no solo existe Derecho sino que te será respetado.
El Tercero constitucional es el ejemplo más claro de la ausencia de la garantía constitucional; basta con ver los porcentajes de analfabetismo, egreso de personas de Primaria, Secundaria y Prepa (ni se diga Universidad). Este, el problema de la educación, es quizá una de las raíces del gran caos en que vive sumido México.
Por tanto los universitarios tenemos una doble responsabilidad: la primera por el hecho de habitar este país y la segunda por estar en la posibilidad de encontrarnos al alcance de las ideas dejando de simular la educación ejerciendo la iniciativa cultural que el país requiere.
La seguridad jurídica es aun ausente y se simula muy bien; pero nosotros los jóvenes nos corresponde y estamos en la posibilidad de no seguir simulándola porque somos los que más sufrimos de ese cadente y lamentable disfraz de país. Hagamos lo que sea necesario.
PEPE PONCHO.
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