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sábado, 6 de agosto de 2011

EL RESULTADO DE LA CARENCIA...


La delincuencia organizada es, tal vez, el peor de los males que hay en este país, pues es el mayor generador de violencia y puede compararse con un virus letal que infecta todo lo que hay y lo extermina.
El 3 de diciembre de 2010 fue detenido un niño de 14 años por estar vinculado a la delincuencia organizada; había participado en secuestros, homicidios y tortura. Iba a San Diego, California a reunirse con su madre que lo había abandonado desde que este tenía 5 años de edad. En su celular tenia videos en los que se presenciaba como torturaba a sus víctimas. El “Ponchis” confeso el homicidio de 5 personas; cuatro decapitados y uno por disparo de un arma de fuego. Su labor en el grupo delictivo era robar, detener a rivales, sacar información a víctimas y asesinarlos, entre otras atrocidades.
El pasado 26 de julio se le sentencio a 3 años de prisión por conductas antisociales y portación de arma de fuego de uso exclusivo del ejército, lo que ha generado una polémica, en diversos sentidos.

Para empezar, como ya mencionaron mis compañeros anteriormente, ¿porque se le aplicaron las leyes del estado de Morelos? La delincuencia organizada corresponde al fuero federal, ¡no lo pueden juzgar con una ley local! Pero ese no es el gran meollo del asunto.

Ahora bien, se discute si son muy pocos tres años, que no se podrá readaptar a la sociedad, que hay que modificar la ley, entre otras cosas. Pero poco se habla de lo que a mi parecer es lo más importante: sacar el problema desde la raíz.

El caso del “Ponchis” no es único, es uno de tantos que hay en nuestro país, pues todo el entorno ha hecho esto posible y la pobreza es la raíz, pero no solo la pobreza económica, también la pobreza moral, una pobreza moral que se extiende como una mancha que pervierte cuanto puede y elimina todo lo bueno, pues preguntémonos, ¿Qué habría pasado si este niño hubiese ido a la escuela, tenido una madre a su lado y si se le hubieran inculcado los valores esenciales? De seguro no estaríamos hablando de esto.

El otro día tuve la oportunidad de hablar con una persona cercana a este ambiente y me cuenta que los niños, niños como el ponchis, sin hogar o en pobreza extrema, prefieren enrolarse a las filas del crimen organizado, hacerse de un dinero, vivir dos o tres años "bien", aunque al final los agarren o terminen matándolos; y que ahora, los sicarios de 18 años, ya son “veteranos”, ya están en sus últimas, prácticamente.
Este hecho es verdaderamente alarmante, pues hay una pérdida de valores evidente, valores que han sido perdidos gracias a todos nosotros, que los perdemos desde que tiramos basura en la calle, que los perdemos cuando le gritamos groserías al conductor de lado, los perdemos cuando vemos con indiferencia noticias como la de el "Ponchis" y leemos las caricaturas de el periódico sobre nuestros malos políticos y nos reímos, entre muchas cosas más. Entonces el “Ponchis” y todos aquellos niños sicarios, no nos son extraños o ajenos, pues son producto de los valores perdidos y nuestra indiferencia ante los problemas de la sociedad, una indiferencia que poco a poco hace de este país un lugar mejor, pero para aquellas personas que transgreden las normas y se interfieren en el buen camino de nuestra diosa Temis.

No nos quedemos callados, opinen, transmitan este blog, solo queremos que se unan a la causa: un México mejor.

Patik

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