LA RELECCIÓN ¿TEMIBLE O APLAUDIBLE?
La reelección es un concepto que las encuestas revelan se ve relacionada con la posibilidad de la repetición de un mal gobernante en el poder.
Hagamos un poco de memoria histórica recordando que en nuestro país este tema ha costado sangre y revueltas populares; que a lo que llamamos Revolución mexicana en sus lemas se contenía el principio de la no reelección, pero que desde antes, el mismo Juárez, ya se encontraba hablando de ello.
La idea de independencia y constitucionalidad (supuesta) se basan en ello, en la no reelección, solo que habría que ser mas minuciosos en la reflexión pensando en que esta no implica necesariamente la repetición de un mal gobernante sino que también de alguien que haya cumplido bien su función y se le refrende en el cargo para poder seguir impulsando los cambios estructurales que el país requiere, como si de un sistema de premios y castigos se tratase en el que la sociedad participa en una reflexión colectiva, indicando a sus buenos y malos funcionarios.
Es necesario pensar en que de facto la reelección existe, volver a detallar la historia, y entender que ésta se ha dado sobre todo para los políticos que tanto han dañado a la república; mucho después de nuestra supuesta Revolución se consolida un estado simulado de democracia en el que existen otras formas de perpetuación en el poder simuladas como lo fue el Maximato hasta su extinción con la llegada del general Lázaro Cárdenas (por cierto puesto también por Calles), que sin embargo el mismo Cárdenas fortalece e institucionaliza de forma contundente un partido que se convierte en el partido del estado y así la gran estructura de una dictadura partidista, traicionándose al ideal revolucionario de la no perpetuación en el poder. Es decir que no basto con derrocar al dictador aparente de don Porfirio como para acabar con un estado autoritario, logrando nuestra desgracia histórica, simularlo mejor.
Es así como nuestra naciente democracia en una sociedad que apenas vuelve y parece en cada momento empezar de nuevo a educarse en cultura de responsabilidad compartida, entendiendo que la poca o casi nula participación de la mayoría de los sectores en la vida pública del país, se convierte en el vacío de poder ciudadano del cual los poderes reales, vivos y activos, se aprovechan para decidir sobre las mayorías dormidas que convalecen con su somnolencia su esclavitud política (ya sea consciente o inconscientemente; directa o indirectamente), ya sea está por medio de las partidocracias, de los poderes económicos o incluso de grupos como las iglesias o el crimen organizado.
La reelección no es una cuestión necesariamente negativa, puede representar una clave para la limpieza de quienes nos representan, es una mentira disfrazada con verdades, confundir a ésta como el signo de la perpetuación de los malos políticos, cuando estos de facto ya lo hacen; es una forma de empoderamiento indirecto de la sociedad. Aquí y en esto no se encuentra la solución a los problemas nacionales, sin embargo si abriría la brecha a otras formas de pensar en nuestra política y en nuestros políticos; claro está que como parte de una reforma política que incluya entre otras cosas la renovación generacional.
Los jóvenes y los estudiantes nos encontramos ante la necesidad y obligación diaria para cumplir con un cambio exigiendo las políticas que más nos favorezcan, políticas que corresponden hoy en día el sector más numeroso en el país, el cual ocupará el espacio público en toda su plenitud, ya sea para la gracia o la desgracia de esta nación.
P epe P oncho.
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1 comentario:
son excepcionales.
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