Un acto atroz se ha perpetrado y las voces deben de escucharse más fuertes, sin embargo, tristemente nos vemos más preocupados por las compras navideñas y las ofertas de fin de año, una persona más ha sido asesinada, una de esas que ocupan las cifras en éste sexenio, pero no se trata de una más solamente, se trataba de una persona que luchaba por sus ideales y por el derecho a defender su tierra y la de sus compañeros, no fue respetado, al contrario, fue abandonado a su suerte, aun sabiendo que se enfrentaba a la muerte.
Esa descripción sin duda cabe a muchos de los casos de los que hemos tenido noticias últimamente y aún siguen sin ser suficientes las medidas para acabar con esta guerra absurda, y de dar las garantías necesarias a esas personas que luchan para ser escuchadas, y que sus demandas sean atendidas, como es el caso del comunero de nombra Trinidad, y también lo es el caso de los estudiantes en Guerrero que fueron asesinados por policías federales.
Como estudiantes hay que apoyarnos, sus demandas son nuestras demandas, porque un México sin educación es un país perdido que va a la deriva y que cada vez va a ser más y más pisoteado por aquellas potencias que se aprovechan de la ignorancia.
Hay quienes dicen que deben cerrarse los filtros para entrar a la educación superior y sostienen que debe de prohibirse el pase reglamentado, pues estos “compañeros” han sido infectados, como muchos, de la idea de que la competencia es lo que nos queda y que el más apto es aquel que debe de estar, sin embargo, el más “apto” siempre va a tener mejores condiciones en todo aspecto, y la competencia siempre va a beneficiar al mismo sector, dejando de lado a la “prole” citando a la hija de, bueno ustedes saben de quien.
En cambio si dejamos de lado la competencia y abrimos más espacios educativos y sembramos la idea de que el progreso no está en la competencia como individuos ni como estudiantes sino más bien en la ayuda mutua como estudiantes y sociedad, porque como estudiantes le debemos todo a la sociedad, ese día estaremos a un paso de aquella grandeza que una nación como la mexicana es capaz de lograr.
Duartz
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