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lunes, 12 de marzo de 2012

La Iglesia Católica, los católicos y el Estado Mexicano

La próxima visita de Estado por parte de Benedicto XVI a México trae toda una serie de reflexiones entre las relaciones de La Iglesia Católica, los católicos y el Estado Mexicano, ante todo, debemos recordar que esto sólo puede entenderse a partir de la conquista española en el siglo XVI, y de ahí hasta nuestro días el papel importante por parte de la cuestión religiosa en la vida socio-política de México.  Desde entonces, la permanencia de la Iglesia en todos los niveles del país parecía “normal”, hasta la gran ruptura entre la Iglesia y el Estado se da en Las Reformas de Benito Juárez, donde bajo decretos se limitaba la vida clerical en el país, tanto en la vida política, económica y educacional, esto porque para ese entonces la Iglesia limitaba el progreso social y había servido de sustento para los conservadores.
Durante el Porfiriato hubo una política de reconciliación ante todos los poderes en el país, entre ellos no podría faltar la Iglesia, pero desde poco antes, esta misma estaba fragmentada en distintas corrientes, unas más liberales que otras, pero todas con deseos de intervenir en la vida pública del país, y fue en ese marco donde se crearon organizaciones católicas como La Prensa Católica, Unión Católica Obrera, el Círculo Católico Nacional y el Partido Católico Nacional, pero durante el periodo porfirista hubo un “control” de todo tipo de organización. Llegada la Revolución Mexicana, los distintos grupos católicos, como la Iglesia, no se quedaron estáticos, la postura común fue rechazar la revolución como parte de sus principios contra el desorden y caos social, pero recordemos que la revolución se “concluyó” con la Constitución Política de 1917, y aunque no triunfaron todas las demandas sociales hubo un gran paso en distintas problemáticas, y un aspecto importante es que la Iglesia a pesar de su oposición quedó eliminada de la vida política por completo. Hubo bastante indignación en muchos sectores católicos al acusar al Estado revolucionario mexicano como ateo, discutiendo que el catolicismo es uno de los símbolos de identidad nacional, además de pedir una supuesta “libertad religiosa”.
En tanto el país estaba en reordenamiento después de la lucha armada, los católicos no dejaron de organizarse durante el periodo posrevolucionario, y no fue hasta el Maximato cuando se agudizó la tensión religiosa ante el anti-clericalismo de Plutarco Elías Calles, y fue durante este periodo a fines de los 20’s del siglo XX (1926-1929) cuando estalló el Movimiento Cristero, que fue un levantamiento Católico en rechazo a una serie de decisiones de Calles en contra de la Iglesia y una limitante en cuanto a la cantidad de sacerdotes en el país, misma que se pensaba terminaría con la religión en el territorio. Dentro de este movimiento, que se dio prácticamente sólo en el Bajío del país (Querétaro, Michoacán, Guanajuato y Jalisco), se volvió a hacer evidente las distintas corrientes dentro de la Iglesia Católica, pues mientras las altas jerarquías católicas rechazaban la insurrección armada, muchos sacerdotes del bajo Clero fueron a combatir e incitaban al levantamiento. El choque que duró aproximadamente 3 años fue resuelto con un pacto entre el Alto Clero y el Estado Mexicano, esto creando gran decepción a muchos católicos que había luchado por la causa religiosa, viendo como una traición ese pacto, y fue ahí otro punto de ruptura entre la Iglesia, los católicos y el gobierno, además que se pudo dilucidar el gran peso que tiene el catolicismo en los mexicanos, y una creación de conciencia del católico en las problemáticas sociales.

¿Quién gobierna hoy en día?
A pesar del gran salto que parece que daré durante este texto, no será así, pues me parece que todo va íntimamente relacionado. Sin perder el hilo del párrafo pasado, los cristeros entonces quedaron decepcionados por el pacto entre la Alta Jerarquía y el Estado, pues habían 3 años de intensa lucha, donde muchos tanto católicos como soldados mexicanos habían muertos, un hecho sin lugar a duda que vendría a marcar la vida nacional. Pero no pasaron muchos años más para que distintos grupos católicos se siguieran organizando, aunque debe recordarse que el auge principalmente por distintas razones fue en el Bajío, Guanajuato siendo uno de los estados con mayor catolicismo en todo el país y teniendo las ciudades coloniales por excelencia; iniciados los 30’s, aún con el fin del maximato, surgen una serie de organizaciones, a la par de la Segunda, que fue la continuación de la Guerra Cristera, pero sin ningún plan socio-político que vendría a caer por su falta de organización, y por otra parte unas de las más importantes fueron las Legiones, donde muchos de los integrantes eran jóvenes junto a Cristeros (que muchos negando serlo) que seguían organizándose e insatisfechos con el gobierno posrevolucionario y posturas del gobierno que seguían siendo totalmente anti-clericales, y dentro de estas Legiones, una principalmente tomaría importancia La Base, esta en Guanajuato, que a mediados de los treintas se le otorgó el liderazgo de la misma a un joven llamado Salvador Abascal.
Ante la derrota de la Segunda, distinto sectores, tanto como de las Legiones, pero principalmente de La Base crearon los que vendría a ser el último movimiento organizado católico en el marco del México posrevolucionario que sería el Sinarquismo. Surgidos sus primeros  Comités (en 1937) en León, Guanajuato, el movimiento sinarquista vendría a tomar una “postura” distinta a la Cristera y a la Segunda debido a las condiciones de esos momentos, este se propondría como un movimiento de movilización civil y pacifica, pero aún con las demandas de una década antes, esta vez frente el gobierno Cardenista. Además de estar en contra del Estado anti-clerical y todas estas medidas contra la Iglesia, los sinarquistas hacían de las injusticias sociales su causa, y entre ellas una de las más importantes fue la cuestión agraria, que alegaban la incapacidad del gobierno posrevolucionario en solucionar el problema. El movimiento tuvo una gran expansión en corto tiempo, se dice que su principal arma que permitía su funcionamiento era  su oposición al Cardenismo, ya que con la llegada a la Presidencia de Ávila Camacho(1940) este tomó otra postura, y se dice que fue hasta 1943 donde el movimiento tuvo su gran caída con el fallido intento de Colonizar Baja California por parte de los sinarquistas al mando de Salvador Abascal, aunque duró un par de años más el movimiento, poco a poco comenzó a tornarse más como una organización política, además del fallido intento colonizador, a distintas disputas por el poder internas.
Años después, el movimiento sinarquista, que era comandado por la UNS (Unión Nacional Sinarquista) vendría a tomar forma total de organización política, y recordemos que durante el auge de este movimiento surge el Partido Acción Nacional (1939) bajo la dirección de Gómez Morín. Esta Unión Sinarquista se fragmentaria en varias ocasiones, una de ellas fue en la creación del Partido Demócrata Mexicano, y otros de ellos, aunque muchos no reconocidos, se unirían a las filas del PAN, tal vez por su afinidad ideológica, hecho que aunque sea negado es bien sabido; además, por ejemplo recordemos al Secretario de Gobernación de Vicente Fox, Carlos Abascal, era el hijo de Salvador Abascal, católico que llevaría al sinarquismo a la lucha. Además siempre se supo e hizo pública el PAN su postura religiosa, donde gran parte del llamado Neo-panismo tiene toda una relación con el Clero mexicano. Mientras que de la Unión Sinarquista sólo quedan fragmentos, principalmente en el estado de Guanajuato.
Por eso ante la pregunta” ¿Quién gobierna hoy en día?”, no sería tan falso responder que gobiernan aquellos que a finales de los 20’s fueron derrotados por el ejercito y el pacto del Clero Alto con el Estado, o aquellos que se organizaron en el Bajío contra el Cardenismo, es fuerte afirmación, pero me pienso tiene lógica. Además, durante este sexenio principalmente, se ha tratado de desmantelar al Estado Laico, con intentos de reforma por parte de Acción Nacional, se siguen buscando aquellas demandas católicas para su proyecto de Nación.
Véase que durante el texto se mencionan “tres sujetos” históricos: El Estado mexicano, La Iglesia Católica y los grupos católicos, ya que suelen pensarse homogéneamente los últimos dos, y en cuanto a esto, relaciono las últimas declaraciones de La organización Católicas por el derecho a decidir, que sostienen que la visita de Benedicto XVI será usada con fines electorales para la clase política, de nuevo mostrando una fragmentación en el catolicismo, y con respecto a las afirmaciones, me parecen ciertas ya que con el segundo sexenio de gobierno panista, en el mismo Guanajuato había bajado la popularidad del Partido Acción Nacional, cuando había sido un estado que se pintaba de azul cada elección. También en mi parecer, tampoco me parece al azar el haber elegido a León, Guanajuato como ciudad sede de la visita Papal, además de que el 98% de la población en Guanajuato es católica.
En un par de semanas será la visita, y se dice que se esperan aproximadamente 2 millones de visitantes a León para la visita del Pontífice, lo que si quedará para la historia será la escena de F. Calderón estrechando la mano de Ratzinger Benedicto XVI como un simbolismo de las altas jerarquías católicas.

 "Sin Lengua"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante lo que nos comentas, incluso es un tema que apuesto a que pocos lo manejan, me agrada mucho tu aportación espero que hagas más.

Anónimo dijo...

Muy buen escrito, desglosaste y narraste literalmente la linea del tiempo de estas tres concepciones; esperemos leer mas acerca de este interesante pero muy poco tocado tema... gracias!